Me gusta que la ducha hable
La Fundación Àuria, un centro dedicado a promover la autonomía personal y la inclusión social de personas con discapacidad intelectual y en riesgo de exclusión, cuenta con dos Showees instaladas, una en la Llar Nards y otra en el edificio principal. Allí, se está transformando la experiencia de ducha de sus usuarios.
Un gran paso hacia la independencia en la higiene personal
Showee cuenta con un asistente virtual que guía y acompaña a las personas con dificultades cognitivas durante todo el proceso de la ducha. De esta forma, las personas que solo necesitan apoyo verbal para saber, por ejemplo, qué partes del cuerpo deben frotar, pueden ser más independientes y mantener su intimidad durante la higiene.
«Esta ducha me va diciendo los pasos que tengo que seguir y así puedo ducharme sola«
Para ella, la ducha ya no es solo un proceso, sino una oportunidad para sentirse capaz y autónoma. También comenta que necesita menos ayuda que con una ducha normal, ya que la ducha le aplica el jabón automáticamente. Este aumento en su autonomía le da una sensación de control sobre su propia higiene, una tarea que para muchos puede parecer simple, pero que para ella representa un gran paso hacia su independencia.
Protagonistas de su propia ducha
Otra de las características más valoradas por los usuarios de la Fundación Àuria es la personalización de las duchas. Al ver su nombre en la pantalla y cómo las luces y el programa se ajustan a sus gustos, se sienten protagonistas. En el caso de Anna S., este pequeño detalle hizo que aceptara las duchas con mayor predisposición, sintiéndose escuchada y valorada.
Más tiempo en la ducha, más bienestar
El confort que proporciona Showee ha hecho que muchos usuarios pidan más tiempo en la ducha. El espacio, adaptado a sus necesidades, les ofrece una sensación de tranquilidad y bienestar que va más allá de la higiene. Lo que antes era una tarea diaria que deseaban terminar rápido, ahora se ha convertido en un momento que disfrutan.
Anna I., que vive en un piso muy cerca de una de las duchas Showee, es otra entusiasta del producto. Aunque no la tiene instalada en su piso, no duda en pedir ducharse con la Showee siempre que puede.
«¿Puedo ir a ducharme?»
nos comenta cada vez que nos encuentra por el pasillo. Esta experiencia personalizada ha hecho que se sienta más cómoda y realmente disfrute del momento de la ducha.
Un cambio en la rutina de los cuidadores
No solo los usuarios han notado una mejora en su calidad de vida, sino que los cuidadores también lo celebran. Lorena Gámez, una de las profesionales de la Fundación Àuria, nos explica que gracias a las duchas inteligentes han observado un aumento significativo en la autonomía y motivación de las personas a las que atienden. Además, la reducción del tiempo de asistencia durante la higiene les permite dedicar más tiempo a otras actividades de apoyo, mientras que el uso de un solo producto para cabello y cuerpo ha disminuido el impacto ambiental, haciendo la experiencia aún más sostenible.
